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[Recomendación] Shoshimin - El enigma de lo cotidiano


Reseñado por: Pepe Reidenvach

Shōshimin es una serie de novelas de misterio escritas por Honobu Yonezawa, mejor conocido por ser
el autor de Hyōka, otra colección de obras del mismo género. Ambos trabajos, más allá de haber sido
adaptados al formato anime (el primero, emitido este año de la mano del estudio Lapin Track; el segundo, el 2012 gracias a Kyoto Animation) y de haber tenido una excelente recepción, tienen muchísimo en común. Por ejemplo, la tensión romántica sin resolver entre sus protagonistas o el carismático elenco de personajes secundarios que los acompañan en sus aventuras. Sin embargo, hay un ítem clave que une ambas obras y que, sin duda alguna, el maestro Yonezawa frecuentemente logra trata de manera magistral: el enigma de lo cotidiano.

Primero que todo, debo aclarar que esta crítica versará sobre lo visto en el animé; no tengo acceso a las novelas pese a que me gustaría echarles un ojo. Habiendo dicho esto, sigamos. S. S. Van Dine, autor y crítico de arte estadounidense, publicó en The American Magazine (1928) sus veinte reglas para la escritura de historias detectivescas. Una de ellas, la número tres, dice que no deben haber intereses amorosos en la historias; es decir, que el detective no debe involucrarse románticamente con ningún otro personaje. Otra, la número siete, indica que en toda historia de detectives debe haber un muerto… y entre más muerto, mejor. Simplemente, no hay lugar para otros enigmas que no sean el del asesinato. Debo decir que Shōshimin hace caso omiso de esta arbitrariedades avejentadas que poco tienen que ver con el corazón del género: lo misterioso y aparentemente indescifrable.

Aquí tenemos a dos jóvenes: Jōgorō Kobato, un adolescente obsesionado con resolver misterios, y Yuki Osanai, una muchacha que tiende a ser rencorosa y vengativa. Ambos son excéntricos y lo
saben muy bien, por eso hacer un juramento y deciden volverse “normales”. Sin embargo, como canta
Willie Colón, “palo que nace doblado, jamás su tronco endereza” y pronto ambos caen en las mismas
costumbres que acordaron dejar atrás.

 Shōshimin nos presenta una serie de misterios donde el amor es una cuestión posible y donde,
en lugar de investigar el cuerpo de algún pobre diablo, se nos invita a resolver, junto a los protagonistas, el misterio de lo común y corriente. Por ejemplo, el enigma de cómo fue preparado un tazón de
chocolate caliente. Sí, puede sonar plano y carente de todo aquello que asociamos al género detectivesco; sin embargo, puedo asegurarles que no es así. Honobu Yonezawa explora la cotidianidad de tal forma que lograr revelar sus profundidades inaparentes.

No me referiré a la animación ni a la música porque me parece que, en este caso, pasan a segundo plano respecto a la calidad del misterio.

En conclusión, Shōshimin es un anime de misterio que logra atrapar a la audiencia pese a carecer del atractivo típico del género detectivesco: la resolución de un asesinato. Aquí se celebra la cotidianidad y se nos exige que veamos nuestro entorno con los ojos de un detective enamorado del día a
día. 

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